LA GRAN SABIDURÍA DEL LIBRO DE VAYIKRÁ/LEVÍTICO
En el día del juicio final cuando el Eterno decida el destino de la humanidad en el valle de Ieoshafat, Él le preguntará a cada erudito de la Torá, si estudió todas las partes de la Torá. Si admite que no estudió el libro de Vayikrá (Levítico), se le reprochará con las siguientes palabras: "Hijo mío, ¿Por qué no estudiaste el Libro de Vayikrá que contiene las leyes concernientes a tumá, creado por actos malos, el zav y la zava, el leproso, la lepra sobre las paredes de las casas, las leyes concernientes a Iom Kipur, y otros temas fundamentales?” (Midrash Mishlé 10).
Este libro grandioso nos ofrece grandes enseñanzas y sabiduría pura, pues comprende la gran mayoría de mitzvot (mandamientos). Estaré publicando algunos midrashím para aquellos que se regocijan con el conocimiento de la Torá, la vida, y tal como se enseña, nuestro cumplimiento de los mitzvot no se basa en nuestra comprensión de las mismas, sino en nuestra confianza implícita en el Eterno, quien las creó y lo hizo con una buena razón.
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Midrashím proviene de la raíz hebrea “DARASH” que significa BUSCAR, INVESTIGAR. Por lo tanto, MIdrash es la exposición de los versículos que surge de nuestros sabios, después de haberse sumergido en las profundidades de la Torá.
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EL KIDUSH HASHEM O SANTIFICACIÓN DEL NOMBRE DIVINO
Alguna vez me pregunté acerca del castigo severo que recibieron Nadav y Avihu, los hijos de Aharón, que por haber ofrecido fuego extraño delante del Eterno fueron consumidos completamente por un fuego divino a pesar que ambos eran personas consagradas como cohaním (sacerdotes). Pero, no sólo la muerte de ambos hermanos resulta extraña sino también la reacción de Aharón, el Cohen Gadol (Sumo Sacerdote), resulta sorprendente pues queda en silencio sin reacción aparente, luego que Moshe le diera el siguiente mensaje de parte del Eterno tras la terrible muerte de sus dos hijos: “Por medio de aquellos que están cerca de Mí, Yo seré dedicado como Kadosh (Santo) y delante de todo el pueblo Yo seré glorificado” (Vayikrá 10, 3).
El Midrash nos explica que dos de los cuatro hijos de Aharón: Nadav y Avihu, sobresalían de en entre todo el pueblo por su rectitud, cualidades de mando y belleza; lo que los hizo merecedores de ser llamados amigos íntimos del Todopoderoso y que el pueblo los consideraba mucho por su elevado nivel espiritual y que ambos sabían de esto. Sin embargo, aun con estas cualidades, ellos habrían pecado en diversas ocasiones aun cuando sus intenciones y actos lo hacían para honrar al Eterno. Nuestros sabios nos dan una lista de los pecados que habrían cometido.
Se cuenta de ellos que, mientras caminaban detrás de Moshe y Aharón, Nadav le dijo a Avihu: “Cuándo será que estos dos ancianos desaparecerán de este mundo y nosotros podremos convertirnos en los líderes de la comunidad” A lo que el Eterno contestó: “¡Todavía está por verse quién va a enterrar a quién!”
Debe entenderse que Nadav y Avihu eran tzadikím (hombres justos o santos). El significado de sus palabras era, “Moshe y Aharon son viejos y seguramente morirán pronto. Nos van a pedir que seamos los líderes, y quién sabe si estamos preparados.” Nuestros sabios redactaron su observación de una forma tan drástica para señalar que cuando Nadav y Avihu se refirieron a su rol futuro como líderes de la comunidad, una cierta falta de humanidad estaba presente en su actitud y forma de expresión.
Ellos no consultaron a Moshe para determinar que era correcto ofrecer un fuego que sea sólo de ellos, no le dieron a su padre el honor de ser consultado y tampoco se consultaron entre sí, actuando de manera independiente.
Nadav y Avihu guiados por su deseo de experimentar la Presencia del Todopoderoso, entraron al Kodesh Hakodashim (Sanctasanctórum) para ofrecer el ketoret (incienso) allí, cuando sólo el Cohen Gadol tenía tal permiso.
Antes de entrar al Mishkán (El Tabernáculo), ambos bebieron vino, trataban de intensificar el júbilo de la inauguración, pues el pueblo había expresado su júbilo tomando vino; sin embargo el cohen no puede llevar a cabo sus servicios después de haber bebido un reviit (aprox 0,086) de vino.
No estaban vistiendo el meil (manto del cohen gadol)
No vertieron agua sobre sus manos y pies antes de entrar al Mishkán, ritual necesario para el servicio.
Tanto Nadav y Avihu eran solteros. Como ellos tenían una posición y pertenecían a un linaje no común; hijos del Cohen Gadol y sobrinos del líder de la nación, y por sus logros espirituales creyeron que era apropiado esperar a que nacieran hijas de sus hermanos Eleazar e Itamar con quienes se casarían para tener una descendencia superior en honor del Eterno.
El inmenso amor por el Eterno motivaba sus acciones, pese a esto fueron golpeados por el Atributo de Justicia a través de un fuego celestial que los consumió. Sin embargo, un gran milagro ocurrió en mérito de su rectitud el fuego penetró a través de las fosas nasales y sólo consumió su almas mientras que sus cuerpos y vestimenta quedaron intactos.
De esto se aprende el principio de mida kenegued mida (medida por medida). Ellos habían encendido el fuego de una forma indebida y por lo tanto se quemaron. También debemos comprender que este castigo drástico e instantáneo fue un símbolo de su rectitud. El alma de un tzadik (hombre justo, santo) es como una prenda de vestir blanca, su pureza lo hace vulnerable a cualquier mínima mancha espiritual; por lo tanto, para un tzadik una mala acción que es normal en una persona común resulta muy grave y requiere de corrección inmediata. Los tzadikím son amigos íntimos del Eterno, por lo tanto se espera de ellos que estén exentos de pecados completamente.
Ahora, referente a la actitud de Aharon cuenta el Midrash que, apenas enterado de la muerte de sus hijos, comenzó a llorar y clamar ¡Pobre de mí! ¡mis hijos y yo hemos pecado! Moshe lo calmó diciéndole que: “El Eterno ya le había insinuado que Su Gran Nombre iba a ser santificado en el Mishkán por uno de sus íntimos amigos. En ese momento pensé que se refería a mí o a ti. Sin embargo, ahora me doy cuenta que la grandeza de tus hijos sobrepasó la nuestra. Sufrieron la muerte por causa de su nivel superior de cercanía al Todopoderoso, que requería un castigo severo incluso de un pecado menor”. De esto se desprende también que la muerte de un tzadik expía los pecados de toda la comunidad así como el Iom Kipur expía nuestros pecados.
Moshé también le dijo a su hermano que el Eterno les pondría en el Olám Habá (Mundo Venidero) a sus hijos en el compartimiento más íntimo de la Shejiná inclusive en un nivel superior que la tuya y Moshé. Entonces Aharon paró de llorar y quedó en silencio y en total serenidad, por tal motivo Aharon y sus dos hijos Eleazar e Itamar no tenían por qué lamentar la partida de Nadav y Avihu. Además, podemos observar cuánto amor les tenía el Eterno a Nadav y Avihu, pues la Torá los menciona reiteradamente en Bamidbar / Números 3:4, 26:61.
Finalmente, podemos destacar la advertencia del Rey David en los tehillim / Salmos que no debemos excedernos en los momentos de alegría y diversión pues en este mundo no es posible encontrarla de manera completa, tal como le sucedió a la esposa de Aharon, Elisheva, que en el Octavo día de la Inauguración veía cómo los más altos cargos del pueblo judío eran entregados a miembros de su familia, su cuñado Moshe era el líder, su hermano Najshón era el Nasí de la tribu (líder), su marido el Cohen Gadol y sus hijos cohaním; sin embargo, su júbilo se convirtió súbitamente en luto cuando sus dos hijos maravillosos partieron de este mundo.
